Mi bebé.
Estos 12 años que has estado junto a mí han sido unos de los más felices de mi vida.
Recuerdo cuando mi padre me preguntó cuando tenía 7 años si quería el regalo de los Reyes o un perrito y entonces llegaste tú.
Tan pequeñito, que cabías en la palma de la mano.
Y aquí te quedaste, viviendo bajo la mesa de la cocina.
Aunque te hiciera muchas perrerías tu me aguantabas con paciencia.
Nunca mordías, siempre movías tu rabito de allí para acá cuando me veías, jugabamos al escondite, reíamos, me acompañabas a todos los lados cuando tenía que salir.
Me levantabas el ánimo con tus besos.
Eras el mejor.
Y los veranos en Torrevieja eran los mejores.
Cuando dormíamos la siesta juntos en el suelo de la galería, nunca los olvidaré.
Niki, te acuerdas cuando me protegiste de aquel moro que se me acercó? Gracias a que le enseñaste los dientes no se atrevió a tocarme.
O cuando te ponía las gafas de bucear que tanto te gustaban.
Que guapo estabas.
Aún no puedo creerme que te hayas ido.
En solo un mes la enfermedad te ha arrebatado de nuestras manos.
Luchamos todo lo posible y más, pero cada vez te apagabas más.
Pero ahora ya descansas, ya podrás respirar profundamente como no has podido estos días, arropado por tu manta y abriguito, bajo la sombra de los naranjos. Ya verás, cuando florecen son preciosos y el azahar huele realmente bien.
Fiel, leal, amable, bueno, dulce, cariñoso, protector y optimista hasta el final que era cuando peor estabas tú.
Aún es como si te notara en mis brazos antes de irte al veterinario.
Como te dije antes, pase lo que pase siempre te querré, por muchos años que pasen, nadie podrá reemplazarte. Te echaré muchisimo de menos.
Descansa mi pequeño, yo velaré tus sueños.
Nico: 23/10/98 - 23/12/10.
