Llegamos al piso y el pequeño del grupo se queda mirando debajo de la pila, en la galería de la cocina, en silencio, a los pocos segundos susurra:
- Echo de menos a Nico... -La tía del niño sonríe con tristeza y se traga el nudo que se le forma en la garganta junto a las lágrimas que se empiezan a agolpar en sus ojos, amenazando con salir, mientras se le acerca y lo aparta de allí para dirigirlo a la habitación contestandole:
- Yo también, César, yo también.
- Echo de menos a Nico... -La tía del niño sonríe con tristeza y se traga el nudo que se le forma en la garganta junto a las lágrimas que se empiezan a agolpar en sus ojos, amenazando con salir, mientras se le acerca y lo aparta de allí para dirigirlo a la habitación contestandole:
- Yo también, César, yo también.
Todavía te tenemos muy fresco en el recuerdo, que 12 años son imposibles de olvidar.
Aún sabiendo que no estás giramos nuestra vista a aquel rincón para bajarla con tristeza.
Eras pequeño, pero ocupabas mucho espacio.
6 meses ya pequeño, y te echo mucho de menos...
